miércoles, 29 de enero de 2014

Comenzando de cero.


Mi nombre es Yolanda Fernández, pero todo el mundo me llama Yoli. Tengo 19 años y soy de Madrid. 
Éste es mi primer año de universidad, y no me han concedido la beca. He comenzado este grado con muchísima ilusión y con ganas de formarme para ser una buena futura maestra.
Para empezar quisiera contar porqué elegí estudiar magisterio. Desde que era pequeña e iba al colegio siempre decía que de mayor quería ser como mi profesora. Quería ser maestra. Cuando llegaba del cole me ponía a jugar con los muñecos y lo que más me gustaba hacer era darles clase y dibujar en la pizarra que tenía. Según fui creciendo, la idea de ser profesora en un futuro seguía en mi cabeza, igual o incluso con más ilusión que antes. Pero cuando realmente supe con total seguridad que mi meta y mi objetivo era dedicarme a la enseñanza fue el año pasado, cuando estuve dando clases a niños de primaria. Ahí fue cuando descubrí que era mi vocación, mi mayor ilusión, poder enseñar y formar y a la vez poder aprender de ellos. Estoy convencida de que no hay nada mejor que levantarse cada mañana sabiendo que vas a hacer lo que más te gusta. Disfrutar de tu profesión, de tus niños, de tu clase, de cada una de sus sonrisas y del amor incondicional que te ofrecen todos ellos cada día. 
Como curiosidad, quisiera decir que desde los 3 años hasta los 14 me dediqué a la natación profesionalmente. Entrenaba todas las semanas y también competía, pero llegó un momento en el que tuve que decidir si nadar o seguir estudiando, fue una decisión muy dura e importante para mi, pero finalmente me decanté por los estudios. Desde aquel día que tomé esa decisión no volví a nadar durante 2 años,porque en gran parte la natación formaba parte de mi vida y de un día para otro lo dejé completamente. Pero llegó el día en el que me volví a enfrentar a una piscina a nivel profesional, fue difícil y a la vez emocionante, con gran cantidad de sentimientos encontrados. En el momento en el que toqué el agua, volví a ser yo y reencontré esa sensación que tanto echaba de menos. Desde aquel instante, supe que no volvería a dejar que pasara tanto tiempo sin hacer algo que me emocionaba y me hacia sentir bien, en este caso nadar.

Las posibles aplicaciones pedagógicas para esta actividad son:
1. La realización de ésta actividad es constructiva y formativa porque les permite la capacidad de desarrollar una compresión escritora, pero enfocado para niños a partir del segundo ciclo de educación primaria, debido a que anteriormente no tienen tan desarrollada esta capacidad. 
2. Les permite conocerse unos a otros y desarrollar la imaginación y la destreza como "escritores".

El siguiente enlace es un video en el que una compañera me hace una entrevista preguntandome sobre mi ciudad y el barrio donde he vivido.
http://youtu.be/-Uu9gLNpGqY



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